Un ritual…
Minutos después de haber terminado de leer “El silencio de Blanca” quedé pensativo un instante, no es porque haya quedado insatisfecho con la lectura, por lo contrario, la novela me agradó. Simplemente quedé sorprendido por la forma en cómo algunos autores juegan con nosotros, nos van enredando en una serie de sucesos, nos dan algunas pistas, nos hacen creer en algo para que al final en tan sólo unas líneas la perspectiva cambie y las cosas tomen un nuevo sentido o se dirijan a un nuevo rumbo.
Esto sucedió con la novela, al final y sólo al final las cosas se esclarecen y nos damos cuenta que todo aquello que suponíamos cambió drásticamente, es sólo un juego en donde la forma en que es narrada una historia nos engaña, se burla de nosotros, esto es sólo mi opinión, habrá personas que no lo vieron de esta forma y habrá otras que muestren cierta empatía y estén de acuerdo con lo que escribo.
A lo largo de la novela el autor nos va describiendo a un hombre maduro (Héctor) que es profesor de música y solitario. Cada semana, el mismo día se encuentra con una misteriosa joven (Blanca) con la que realiza una serie de actos a los cuales les han puesto el nombre de “rituales”. El silencio es parte fundamental de cualquier ritual que hacen, se dejan llevar y actúan de una forma poco convencional, tratan de improvisar en algunas ocasiones aunque a mi parecer en la mayoría de los rituales las cosas estaban ya establecidas, sabía cada uno lo que debía hacer.
Cuando llegué a este punto en donde el silencio formaba parte de cada ritual y que sólo era un día a la semana sospeché que habría que poner atención, ¿Por qué el autor trataba que Blanca apareciera en contadas ocasiones y que a pesar de eso no hablara? Sin duda, había algo extraño, como si José Carlos Somoza tratara de esconder algo o por otro lado evidenciarlo desde un principio pero dejando espacio a la duda.
Otro aspecto importante es que el relato es muy descriptivo, lleva un ritmo lento y a quién no le gusta este tipo de lectura le puede parecer hasta aburrido. Esto me pareció interesante, como si hubiera algo que descubrir en algún párrafo, como si una palabra nos pusiera a dudar aún más sobre la existencia de Blanca.
En fin, es una novela erótica, con pocos personajes en donde el protagonista (Héctor), que aparte es la voz narrativa, nos cuenta un poco de su vida y nos presenta algunas de sus creaciones eróticas para la satisfacción de sus placeres, es como dice el libro: "un compositor de relaciones", se recrea a la imagen de Chopin y nos lleva a conocer sus perversiones, además se mezcla la música con el erotismo, para mí algo muy bien llevado.
El final es como un tiro de gracia, no deja cabos sueltos y haciendo alusión al título también nosotros quedamos en silencio, mostramos reacciones y tenemos emociones encontradas, bueno sólo si el libro como ya escribí te ha gustado o sentiste algún interés por él, sino, el final te parecerá indiferente, será una novela más que acabas de leer, pero creo que en la mayoría de los casos el autor logra tocar y hacer reaccionar a las personas.
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ResponderEliminarA mi parecer el compañero le da cierta redundancia a como se sintió respecto a su experiencia durante y después de la lectura .
ResponderEliminarNos dice que nos pareció interesante la manipulación emocional que efectúa el autor del libro y como al final cada punto tratado en la historia se una en una conclusión con sentido .
Escrito por Aldo Ramirez Carreto