sábado, 23 de noviembre de 2013

Enunciación y Narración


 Gabriel Romero 

El relato fílmico a tomado fuerza dentro del campo de la narrativa contemporánea, entre estudiosos y teóricos de esta disciplina, estudiar el discurso que ofrece el cine se vuelve cada vez más frecuente. Existen grandes rasgos a evaluar como el enfoque del discurso (“modo” en la teoría de Genette), la temporalidad fílmica (el tiempo para Genette) y la enunciación (la “voz” según Genette). En este metarelato se expondrá la visión de varios autores que explican la narrativa fílmica desde la enunciación; se manejarán nombres como Benveniste, Metz, Odín, entre otros más.

Enunciación y Narración. 

La enunciación se entiende como la capacidad que presenta un relato audiovisual- en este caso- para contar acciones que a su vez nos cuentan una historia. El relato o discurso del film deberá esta narrado por algo, es decir, no existe relato sin instancia relatora. Se abren múltiples acepciones a la llamada instancia relatora, dejando de lado por completo que exista un narrador fácil de identificar- como sucede en los textos literarios-. En los discursos fílmicos no es así, nace un nuevo concepto llamado “Gran imaginador” es concebido como en ente capaz de contarnos una historia sin palabras. El gran imaginador se vale de las mismas acciones que se muestra en pantalla para contar una historia, también utiliza música y voces. El gran imaginador no es de fácil percepción cuando habla en los enunciados que pronuncia, el gran imaginador es la película en sí misma. Para Benveniste la subjetividad del discurso (que claro esté, que la subjetividad del discurso es la manera de ver, pensar, entender y comprender de alguien o algo) es la oposición entre la historia (que se cuenta) y el discurso (como se cuenta).

De la narración a la subnarraciòn. 

Dentro del discurso fílmico los teóricos encuentran lo que se ha denominado “subnarraciòn”. Aparentemente es un relato dentro de otro, no es así. La subnarraciòn son todas las narraciones que pudieran aparecer dentro del film, de narradores de fácil identificación (personajes delegados). En este sentido, la narración, aquella que realmente lleva el rumbo del producto audiovisual, está hecha por el meganarrador o gran imaginador. Es este ente el verdadero narrador, y se aprovecha de cinco materias de la expresión: Imàgenes, Ruidos, Palabras, Textos Escritos, Música. La principal problemática que pudiera presentar la identificación del narrador primero, es decir de la narración, es que ésta narración, es realizada por un ente de difícil abstracción, de difícil adjetivación, de difícil identificación. Por el contrario se puede considerar la película en sí misma con un enfoque siempre discursivo, narrativo.


La narratología fílmica en perspectiva. 

El primero de los autores en hablar sobre la perspectiva del relato cinematográfico es Roger Odín, éste concepto de perspectiva fácilmente puede confundirse con el enfoque del discurso, es decir el modo. La perspectiva responde a la función de la voz, es la perspectiva de la voz que narra, quién narra. Odín le da el nombre de “Actante/lector” al espectador éste, “es llamado a efectuar un “haz de determinaciones ficcionalizantes”, identificables con las siete operaciones de las figuras de la figurativización (reconocimiento de signos analógicos ), la diegetización (construcción de un mundo), la narrativización (producción de un relato), la mostración (designación como real del mundo mostrado), la creencia (corolario de lo precedente), el escalonamiento ( homogeneización de la narración gracias a la colusión de diversas instancias) y de la fictivización (reconocimiento del estado ficcionalizante del enunciador)”. Cada una de estas funciones es realizada por el consumidor de del producto cinematográfico con el único fin de aceptar como real lo que en ese momento se le ofrece, es decir, una película. Las pasadas funciones a cumplir por un “Actante/lector” son enviadas por un narrador, un emisor, el cual se ha denominado gran imaginador. Toda narración conlleva una carga ideológica, es en este punto donde cabe hablar del modo.

Secundariamente, y con una propuesta más enfocada hacia el verdadero narrador, aparece Metz. Éste teórico hace un relevante enfoque hacia lo que de denomina: “la enunciación fílmica es metadiscursiva”.Con esta oración Metz deja en claro que un relato audiovisual se explica por sí mismo. Lo que se destaca en primer lugar es la película. “Tanto así que el enunciador se convierte en la película y no en cualquier otra instancia situada fuera, por encima o por debajo de ella”. Se quiere explicar que el narrador del primer nivel, del nivel más alto y el dirige el rumbo de del discurso, o sea, del film es la película como tal. Comparando el enunciado fílmico con el enunciado lingüístico, se puede decir que en la narrativa fílmica la enunciación no puede atribuirse a un narrador concreto, por el contrario, en el arte de las letras es imprescindible contar con un ser que nos puede contar una historia y la vez ser de fácil identificación.

Para Casetti, teórico de la naratividad, la relación entre lo emitido y lo recibido está definida por tres agentes. El primero, denominado “YO” hace referencia al enunciador fílmico, el enunciatario lo nombra “TÚ” y al propio enunciado con el ÉL. Casetti identifica cuatro conjugaciones de estos tres agentes que llama “Configuraciones discursivas del punto de vista”.

“Configuración Objetiva: Un plano relativamente neutro, que no representa el punto de vista de nadie, en donde el ÉL prima sobre el YO y el TÚ.”
“Configuración del mensaje: el YO se introduce en el ÉL, miradas a la cámara.”
“Configuración subjetiva: Plano subjetivo, hace coincidir la actividad observadora del personaje con la del espectador. Fundiéndose el ÉL con el TÚ.”
“Configuración objetiva irreal: marca intensamente la presencia de un YO que se afirma como tal y reafirma al TÚ el poder que tiene sobre el ÉL.”

Cada una de estas llamadas configuraciones responde a un tipo de discurso audiovisual, donde cada uno de los condicionadores toma fuerza uno o dos a la vez.

Narración sin Narrador. 


Este punto se toca con la delicadeza de no caer en la paradoja. Parece contradictorio decir que pueda existir una narración sin un narrador, sin un ser que guie la historia y que a demás ésta historia sea parte de una ideología, de una manera de concebir la vida. Lo más que han hecho los nuevos films es tratar de disimular el narrador lo más posible. Con anterioridad se ha dio que la propia película puede tomar el papel del agente discursivo, en este nivel nunca existe- ni existirá, una narración sin narrador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario