viernes, 25 de octubre de 2013

Mariana, Mariana

Aldo Ramírez Carreto

Al adaptar una historia desde un medio a otro se suelen cambiar, eliminar o agregar elementos ya sea por decisión artística o porque existirá algún limitante en el proceso, lo que claramente ocurrió al adaptar a la pantalla grande la obra “Batallas en el Desierto”. En la clase fue notoria la reacción a algunos cambios dados en los personajes, las situaciones o en detalles menores encontrados en la película. En las primeras escenas se muestra un posible limitante, ya que la historia es narrada en primera persona sin que el protagonista este realmente dirigiendo su discurso a alguien más.
Algo así podría resolverse en la adaptación fílmica con una narración hablada mientras se muestran las escenas en cuestión, aquí lo que se hizo fue plantear una situación en la que el protagonista y otro personaje platicaran y recordaran eventos pasados, mostrándole a la audiencia que los hechos de su niñez se cuentan en retrospectiva y no en tiempo real. En este caso las inconformidades que pudieran surgir a causa de una adaptación no fiel son de cierta manera excusables, ya que en el cine se deben de dar más explicaciones, como el dar a entender cómo, cuándo y por qué ocurre algo para que las escenas tengan continuidad y sentido.
Otro ejemplo especifico seria la escena en la que Carlos y su ex-compañero de clases se reconocen mutuamente después de no verse durante un tiempo y Carlos lo invita a comer. En el libro, el otro compañero se apena de que lo vea trabajando y huye para esconderse, lo que no pasa en la película. Otro cambio es que lo que el chico estaba vendiendo originalmente eran chicles de una caja, incluso se llega a especificar la marca, y en la adaptación la caja es reemplazada por unas manzanas con dulce en un soporte. A menos que se tuviera una respuesta del director o de algún involucrado en la producción solo se pueden imaginar las razones, la pequeña persecución se pudo haber quitado por tiempo y las manzanas, posiblemente, se usaron porque son más vistosas y coloridas que una caja pequeña de chicles, personalmente noté el contraste que hacían las manzanas rojas en el restaurante verde claro, colores complementarios entre sí, que crea una armonía visual, pero esto es meramente especulación.
Además, la película deberá de contar solo con la información necesaria. En las primeras páginas del libro el protagonista se empeñar en dar la mejor descripción de la época posible, refiriéndose a costumbres, modas, etc., pero en el medio visual bastan unos cuantos segundos para que la audiencia se  cuenta de que la historia ocurre en el presente, pasado o futuro, fácilmente observando la ropa usada, automóviles y otros objetos, sin mencionar la ayuda que pueda propiciar la música y otros sonidos.









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