viernes, 15 de noviembre de 2013

LA COMUNICACIÓN RADIOFÓNICA MUSICAL

Ana Julieta Fernández


“Lo que ocurre es que la gente no enciende el radio buscando educación, sino compañía”
                                                                                                                 (LÓPEZ J. , 2005, pág. 217)

¿Es cierto que una melodía te puede cambiar el estado de ánimo? O bien,  ¿la música es capaz de transportarte a cualquier situación imaginaria?  Aunado a esto, si unimos  la música con la radio podemos crear un arma muy poderosa de persuasión, la voz,  viaja mediante ondas electromagnéticas emitidas a millones de receptores que decodifican esa señal y reproducen  el sonido.
Tras las investigaciones y experimentos de Marconi,  los inventos como  el fonógrafo y su sucesor, el gramófono. Los inventos de Edison y Berliner permitieron almacenar música y ofrecerla a las visitas o bailar con ella sin necesidad de orquesta. Pero el repertorio era pequeño y las bocinas reproductoras, todavía mecánicas, no llenaban el ambiente. Para la gran mayoría la música, era un medio de entretenimiento restringido a un pequeño sector que tenía las posibilidades de adquirir un aparato de esos, o bien de poder estar presente cuando estuvieran transmitiendo alguna canción. El ser humano necesita escuchar música para no sentirse solo, para relacionarla con su vida y experiencias. Para darle ese sentido de interés y generar dialogo. “La radio se convirtió rápidamente en la banda sonora de nuestras vidas” (LÓPEZ, MANUAL URGENTE PARA RADIALISTAS APASIONADOS, 2005, pág. 216)

Una melodía puede dar la vuelta al mundo en cuestión de minutos estableciendo el modelo básico de comunicación (emisor-mensaje-receptor). Donde el emisor (cualquier estación de radio) transmite una serie de melodías perfectamente seleccionadas,  para poder hacer llegar mensajes específicos  y causar los efectos que se deseen en los receptores. ¿Es cierto que la música juega  un papel importante en el manejo de sentimientos y emociones?
Un estudio realizado por científicos de la Florida Atlantic University de Estados Unidos ha revelado algunas de las claves neuronales que propician esta respuesta emocional: En primer lugar, nuestro cerebro es sensible a los matices de las interpretaciones, que sólo pueden ser aportados por sus intérpretes. Esta sensibilidad aumenta en función de la experiencia musical que se tenga. En segundo lugar, la música activa dos áreas cerebrales concretas: la red motora, que nos permite seguir el ritmo de la música; y el sistema de neuronas espejo, que hace de la comunicación musical una forma de empatía (Yaiza, 2010).
 No toda la música siempre es adecuada para todo sector sociocultural, no podemos transmitir un top ten de Lady Gaga en la las provincias de Oaxaca, porque existen barreras lingüísticas, ideologica religiosa y moral. Además de que no causaría el mismo efecto que si lo transmitimos en la ciudad de NY. Pero no lo olvidemos, la radio está hecha por seres humanos, para seres humanos, cumpliendo fielmente su misión;
Entretener, alegrar, hacer más llevadera la jornada de aquella que barre y lava y plancha. Hacer  menos  solitaria la noche del guardián y relajar al chofer frente al semáforo. Electrizar al joven, que necesita cargarse de energía, para después botarla, también con música. Llenar de melodías las largas tardes de los viejos, cuando ya los hijos se han ido de casa. Llenar de buenas ondas la reunión de los amigos y el juego de cartas y el brindis por salud, dinero y amor (LÓPEZ, 2005)



La radio es un medio poderoso que ha sabido reponerse ante los múltiples adelantos científicos y más en materia de comunicación, y ha sabido evolucionar con forme pasan los años, ahora podemos escuchar radio desde el radio inalámbrico en los celulares o entramos a plataformas virtuales y escuchar radio por internet.  Y no olvidando que a pesar que este planeta que conocemos como tierra tiene  siete mil 162 millones de habitantes, necesitamos de la música para no sentirnos solos. (Quo, 2013)



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