Ana Julieta Fernández
“Lo que ocurre es que la gente no enciende el radio
buscando educación, sino compañía”
¿Es
cierto que una melodía te puede cambiar el estado de ánimo? O bien, ¿la música es capaz de transportarte a
cualquier situación imaginaria? Aunado a
esto, si unimos la música con la radio
podemos crear un arma muy poderosa de persuasión, la voz, viaja mediante ondas electromagnéticas emitidas
a millones de receptores que decodifican esa señal y reproducen el sonido.
Tras las
investigaciones y experimentos de Marconi, los inventos como el fonógrafo y su sucesor, el gramófono. Los
inventos de Edison y Berliner permitieron almacenar música y ofrecerla a las
visitas o bailar con ella sin necesidad de orquesta. Pero el repertorio era
pequeño y las bocinas reproductoras, todavía mecánicas, no llenaban el
ambiente. Para la gran mayoría la música, era un medio de entretenimiento
restringido a un pequeño sector que tenía las posibilidades de adquirir un
aparato de esos, o bien de poder estar presente cuando estuvieran transmitiendo
alguna canción. El ser humano necesita escuchar música para no sentirse solo,
para relacionarla con su vida y experiencias. Para darle ese sentido de interés
y generar dialogo. “La radio se convirtió
rápidamente en la banda sonora de nuestras vidas” (LÓPEZ, MANUAL URGENTE PARA
RADIALISTAS APASIONADOS, 2005, pág. 216)
Una
melodía puede dar la vuelta al mundo en cuestión de minutos estableciendo el
modelo básico de comunicación (emisor-mensaje-receptor). Donde el emisor
(cualquier estación de radio) transmite una serie de melodías perfectamente
seleccionadas, para poder hacer llegar
mensajes específicos y causar los
efectos que se deseen en los receptores. ¿Es cierto que la música juega un papel importante en el manejo de
sentimientos y emociones?
Un estudio realizado por científicos de la Florida
Atlantic University de Estados Unidos ha revelado algunas de las claves
neuronales que propician esta respuesta emocional: En primer lugar, nuestro
cerebro es sensible a los matices de las interpretaciones, que sólo pueden ser
aportados por sus intérpretes. Esta sensibilidad aumenta en función de la
experiencia musical que se tenga. En segundo lugar, la música activa dos áreas
cerebrales concretas: la red motora, que nos permite seguir el ritmo de la
música; y el sistema de neuronas espejo, que hace de la comunicación musical
una forma de empatía (Yaiza, 2010) .
No toda la música
siempre es adecuada para todo sector sociocultural, no podemos transmitir un
top ten de Lady Gaga en la las provincias de Oaxaca, porque existen barreras
lingüísticas, ideologica religiosa y moral. Además de que no causaría el mismo
efecto que si lo transmitimos en la ciudad de NY. Pero no lo olvidemos, la
radio está hecha por seres humanos, para seres humanos, cumpliendo fielmente su
misión;
Entretener, alegrar, hacer
más llevadera la jornada de aquella que barre y lava y plancha. Hacer menos
solitaria la noche del guardián y relajar al chofer frente al semáforo.
Electrizar al joven, que necesita cargarse de energía, para después botarla,
también con música. Llenar de melodías las largas tardes de los viejos, cuando
ya los hijos se han ido de casa. Llenar de buenas ondas la reunión de los
amigos y el juego de cartas y el brindis por salud, dinero y amor (LÓPEZ, 2005)
La radio es un medio poderoso que ha sabido reponerse
ante los múltiples adelantos científicos y más en materia de comunicación, y ha
sabido evolucionar con forme pasan los años, ahora podemos escuchar radio desde
el radio inalámbrico en los celulares o entramos a plataformas virtuales y
escuchar radio por internet. Y no
olvidando que a pesar que este planeta que conocemos como tierra tiene siete mil 162 millones de habitantes,
necesitamos de la música para no sentirnos solos. (Quo, 2013)
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